Por lo general, el patinete eléctrico usado se decanta por el usuario porque son una mejor alternativa si lo que nos preocupa es el gasto que podamos tener con uno nuevo. O lo que es lo mismo: el producto que siempre quisimos tener con un precio más asequible. Es ahí donde tenemos a nuestra disposición diversos tipos, modelos y marcas. Entonces, ¿vale la pena comprar uno de segunda mano? Rotundamente sí.
Cómo funciona
Sin importar la razón por la que optemos a elegir y comprar uno de estos equipos, es primordial conocer cuáles son los aspectos fundamentales del mismo, cómo funcionan. En primer lugar, estos son patinetes comunes que llevan acoplado un motor eléctrico. A partir de ahí, viene su mecanismo.
El motor eléctrico es alimentado por baterías, este a su vez es accionado por un controlador que es el encargado de controlar la potencia que entrega el motor. La potencia del motor se transforma en movimiento de la rueda gracias a la transmisión (correa, cadena o directa). Se caracterizan por brindar una opción orientada a preservar el medio ambiente.
Por lo que le da una ventaja en este aspecto con respecto a otros tipos de transporte. Para trayectos de corta distancia el patinete es ideal, ya que no utiliza gasolina, lo que supone un ahorro de dinero en ese aspecto en comparación con un coche o moto. Asimismo, adquirir un vehículo de este tipo es mucho más barato que los convencionales.
Es por ello, que antes de comprar uno de segunda mano, tienes que estar seguro de que cada uno de los componentes funciona bien:
- Motor eléctrico. Suelen estar equipados con motores eléctricos del tipo con escobillas ya que ofrecen una alta fiabilidad a un precio económico. Tienen una larga vida útil, siempre muy superior a la del resto de componentes. Es importante conocer su estado al elegir un patinete eléctrico usado.
- Baterías. Junto al motor, las baterías son el elemento principal. Tienden a equipar tecnología de plomo acido, las cuales son muy duraderas, fiables, y ofrecen una vida útil de más o menos 500 ciclos de carga. Tienen distintas capacidades de carga, pero cuanto mayor sean, más pesará. A menos capacidad, menor autonomía.
- Controlador. Es el dispositivo que nos permite controlar la potencia que entrega el motor eléctrico.
- Transmisión. Por lo general, acostumbran a usar las de cadena y correa, aptas para media y alta potencia, y media y baja, respectivamente. No suelen desgastarse demasiado.
- Frenos. De disco y de tambor, ambos sistemas se encargan de la desaceleración parcial o parada total del patinete eléctrico gracias al rozamiento. Son los que más sufren junto a las baterías.
Consideraciones a tener en cuenta
Es una opción a plantearnos dependiendo de las condiciones en las que vayamos a utilizarlo, la frecuencia y su finalidad. Y por supuesto, también de las económicas. Habrá que considerar si la diferencia de precio entre un patinete eléctrico nuevo y otro de segunda mano es suficientemente importante como para no tener en cuenta el resto de circunstancias.
En resumidas cuentas, comprar un patinete eléctrico de segunda mano es muy parecido a adquirir un coche usado. En el momento de la elección, como todo vehículo de estas características, debemos preguntarnos por qué quiere deshacerse el propietario del vehículo, quizás lo primero a lo que tendremos que tener una respuesta.
Posteriormente vendrán las comprobaciones de sus componentes (si funcionan correctamente, si no están muy gastados, cuánto uso se le ha dado…), así como tener en cuenta que la calidad nunca será la misma que la de un modelo nuevo.
Utilidad
Antes de tomar una decisión sobre nuestro patinete eléctrico usado, es importante razonar qué utilidad le vamos a dar. Si lo vamos a querer para ir todos los días al trabajo, para subir cuestas, divertirnos… o simplemente para pasear en algún momento esporádico. Lo cierto es que los hay muy ligeros, con una gran cilindrada o que soportan un gran peso.
Dependiendo de lo que necesitemos, nos interesará que ejecute más con unas características que con otras. Como mencionaremos a continuación, hay que asegurarse si la reglamentación en nuestra ciudad cumple con el mismo, independientemente del uso.
Lo mejor que podemos aconsejar al respecto es que, si se va a combinar con transporte público, será interesante que pueda ser plegable y ligero, y no tanto de la autonomía. Ahora, si lo que buscamos es una opción para para trayectos largos, sí que habrá que fijarse en cuánto rendimiento es capaz de dar (considerando que la batería y el motor estén en buen estado).
Estado
El estado del VPN es lo que nos dirá si vale la pena realmente ese patinete que hemos escogido. Relacionado directamente con el precio al que nos lo quieran vender, tenemos que ahondar en todas y cada una de sus características. Esto para que estemos completamente seguros de que el equipo que compramos funcionará correctamente.
Este paso es importante: recuerda que al ser un equipo de segunda no tiene garantía, por lo que revisarlo bien será nuestra única prueba de calidad.
Conoce los permisos de movilidad
En mención del punto anterior, a la hora de adquirir algún equipo de transporte de este tipo, como puede ser este patinete eléctrico usado, se deben conocer aspectos más en profundidad, como son los permisos de movilidad en tu ciudad. Y es que, no en todas partes se puede transportar libremente con ellos.
Por lo que el punto más seguro para que circulemos tranquilos y sin ningún límite o aviso, es el de conocer qué limitaciones existen al uso de este tipo de dispositivos. En este sentido, la mayor parte de los ayuntamientos disponen de una ordenanza de movilidad urbana, que regula por dónde deben ir las bicicletas, coches y otros vehículos. Para más seguridad, podemos acudir al concejo vía online o presencial y realizar la consulta.
Precios
Si nos dirigimos a los de segunda mano es porque, en la mayor parte de los casos, hemos visto que uno nuevo tiene unos precios que, a veces, se nos pueden escapar de nuestro bolsillo. Actualmente los de primera están a la venta en grandes superficies y en pequeñas tiendas con precios que parten desde los 180 euros (en el mejor de los casos) y que pueden legar a los 400€.
Ante esto, es fácil que demos con ellos a precios bastante más bajos, siempre teniendo en cuenta en qué estado se encuentra, cómo están sus componentes, etc. Al respecto, también es conveniente comparar cuáles son los precios de uno de segunda mano y otro a estrenar, sobre todo en los que son de las mismas características (potencia, baterías, autonomía).
De hecho, a veces podemos replantearnos la situación por consideraciones como la garantía, donde, si la diferencia de precio no es tan amplia, en ocasiones podemos optar por uno nuevo. Es verdad que no es tan fácil debido a que están en completa expansión, pero nunca estará de más.
Confianza de compra
La decisión de optar por un patinete eléctrico usado implica ciertos riesgos. Uno de ellos puede ser encontrarte con vendedores poco fiables y que no tengan una reputación a sus espaldas, de modo que no se puede estar seguro de la calidad del vehículo de movilidad personal.
Por ello es tan importante atreverse a preguntarle al vendedor por qué tomó la decisión de venderlos. Muchas veces sucede que la gente oferta sus scooters porque ya no funcionan adecuadamente. Habrá que asegurarnos de que vamos a comprarle a un vendedor honesto y con buenos principios,
Gracias por leer absolutoyrelativo.com. ¡Hasta la próxima!